La ciencia detrás de los trampolines
Aprender la ciencia detrás de cómo funciona un trampolín no solo te ayudará a responder más preguntas relacionadas con él, sino que también te ayudará a mejorar tu forma y tu rebote de una manera más científica. El conocimiento que obtiene puede ayudar a evitar indirectamente posibles lesiones.
La física del trampolín se adhiere a las Leyes Básicas del Movimiento de Newton. Es una aplicación coherente y práctica de las tres leyes del movimiento.
La ley de la inercia. A menos que ejerzas fuerza saltando en un trampolín, no te hará rebotar en absoluto.
La ley de la aceleración. La aceleración ascendente es producida por una fuerza que actúa sobre un objeto o masa.
La ley de la interacción. Este es el más obvio que vemos y experimentamos con un trampolín. A medida que ejercemos fuerza hacia abajo, y se genera una fuerza equivalente hacia arriba que nos lanza al aire.
Las preguntas lo ayudarán a comprender mejor cómo se aplican estas leyes al rebotar en un trampolín.
¿Por qué parece que nos quedamos en el aire?
¿Alguna vez has notado la velocidad real involucrada cuando una persona salta o cae en un trampolín? El movimiento hacia arriba es mucho más lento que el movimiento hacia abajo.
De hecho, hay un punto específico en el tiempo en el que un saltador parecía colgar en el aire, incluso por menos de un segundo.
Esto se debe a que la alfombra de salto y los resortes (o varillas de estera) dan una colisión casi elástica a la persona que salta. Al extender el tiempo de la colisión, reduce no solo la cantidad de fuerza necesaria para cada rebote, sino también la aceleración y desaceleración.